"Alise": es un sustantivo que proviene del verbo "alisar", dejar lisito.
Por lo tanto el alise es un repellado fino y liso.
Empezamos preparando una base gruesa o burda. Mi receta particular se hace de la siguiente manera:
mezclando paja finamente picada (para minimizar las grietas y permitir que esta capa "trabaje")
con cal (para impedir que los insectos horaden la pared y aniden ahí), con alúmina calcinada y con tepetate cernido.
Con esta mezcla se aplica el repellado grueso.
Con esta capa se rellenan oquedades y se cubren imperfecciones del muro original.
Una vez que el repellado burdo ha secado, nos ponemos a cocinar engrudo: mezclamos harina de trigo con agua fría y ponemos todo a cocer:
Hay que agitar continuamente para evitar que el engrudo se pegue y se queme
Por separado cernimos muy finamente el tepetate o la tierra o el mineral con el que queremos hacer el "alise"
Muy poco a poco, la "harina de tierra" se añade al engrudo con suficiente agua para hacer una mezcla pastosa y que deslice bien cuando se aplica
Se embarran las paredes con el "alise":
Cuando el alise se seca, queda con una hermosa textura y un color natural que durará toda la vida. Las tierras usadas en este proceso ya estuvieron a la intemperie tanto tiempo que ya no palidecen más ni pierden su color por efectos de la luz solar.
Aunque este acabado tiene dos defectos:
Es bastante polvoso.
Si se llega a mojar, la combinación de engrudo alimenticio, tierra y humedad inmediatamente provocan la aparición de hongos: